Durante mucho tiempo el agricultor sobreexplotó los recursos naturales, sólo con el fin de obtener mayor producción y rentabilidad; aprendió a través de la ciencia a dominar la naturaleza, alterando, así, el curso de su evolución, degradando al medio y ocasionándole un desequilibrio ecológico.
La agricultura en el mundo fue y sigue siendo uno de los agentes contaminantes del agua, suelo y en menor proporción del aire. El mal uso de los recursos y la falta de sensibilidad en la población han afectado al planeta y a los seres que habitamos en él. Los problemas mayores surgieron con la “Revolución Verde” en la cual se empezó a utilizar fertilizantes químicos como el NPK, pesticidas, herbicidas, su paquete tecnológico incluía también prácticas de mecanización y el monocultivo, que consiste en sembrar la variedad de alto rendimiento utilizando implementos que dañaban la microfauna del suelo y el aire. Todo ello en su momento trajo beneficios económicos y sociales tanto a los agricultores, las empresas agroindustriales y agroquímicas, así como también a la población. Estos beneficios se lograban por la mayor producción, y menores pérdidas por infestas de plagas y enfermedades.
Con la revolución verde se podía abastecer a toda la población con mayor cantidad de alimento pero sin calidad (menor valor nutritivo) y a las agroindustrias con grandes cantidades de materia prima. Esta forma de producir artificializando a la naturaleza no tuvo éxito a futuras, las consecuencias negativas de poner en práctica su paquete tecnológico fueron perjudiciales para el medio ambiente, ocasionándole así pérdida en la biodiversidad, degradación de las tierras de cultivo (erosión, salinización, compactación, reducción de la fertilidad), sobre explotación y contaminación del agua. Los daños ocasionados a la salud se debían ha que los alimentos contenían residuos de pesticidas y antibióticos siendo muchos de éstos residuos: cancerígenos, causantes de daños hepáticos, trastornos nerviosos y en el peor de los casos mutagénicos.
Ahora se debe encarar a la crisis ecológica y el problema ambiental y social que se ocasionó, la solución tendría lugar en los estudios e investigaciones para subsanar los impactos negativos al medio teniendo en cuenta que con estás investigaciones se tendrá que asegurar el suministro eficiente de alimentos para la población mundial.
La agricultura sustentable tiene como prioridades: la eficiencia de la producción de alimentos, contribuyendo a la seguridad alimenticia; la conservación de los recursos naturales manteniendo la calidad del ambiente, logrando con ello un sistema ecológicamente sano; también busca ser viable económicamente, socialmente aceptable, es decir, una agricultura auto-suficiente cumpliendo así con los cuatro aspectos de sostenibilidad. Es un sistema que interacciona las prácticas de producción animal y vegetal, favoreciendo el proceso expansivo de la capacidad productiva de los ecosistemas, respetando sus mecanismos de producción. Como su nombre lo indica tendrá que mantenerse en existencia, la mayor parte de las actividades giran en torno a ella, por tal razón sus bases están regidas por decisiones económicas, políticas, sociales y ecológicas para asegurar un desarrollo sustentable.
La viabilidad de la agricultura sustentable dependerá de la obtención de elevados niveles de producción para satisfacer las necesidades actuales y futuras de la población, la implementación y el uso adecuado de tecnologías que se adecuen a las condiciones ambientales que deben proteger y mejorar la calidad del suelo, el aire y el agua, también será necesario considerar los conocimientos y tradiciones de campesinos como un importante recurso natural. Para lograr una productividad agrícola sustentable, tendrán que modificarse las técnicas tradicionales y diseñar agroecosistemas en donde la utilización de los recursos se dé en óptimas condiciones ambientales y socioeconómicas.
La agricultura sustentable restablecerá la diversidad agrícola regulando la abundancia de organismos indeseables e incorporando microorganismos que debido a las malas labores agrícolas fueron desalojados de su hábitat. Los agroecosistemas logran la estabilidad del ambiente restituyendo la biodiversidad, la cual se perjudicó por malas prácticas de la agricultura convencional. Los agroecosistemas benefician a los agricultores en general, aun a los agricultores de suelos marginales, laderas y zonas de secano quienes gracias a la biodiversidad podrán diseñar sistemas de usos múltiples, como silvicultura, sistemas agropecuarios y agro-silvopastorales, integrando sistemas de cultivos, animales y árboles. Los desechos provenientes de estos sistemas pueden ser utilizados como fuentes orgánicas para beneficio de la fertilidad del suelo.
Los agroecosistemas cuentan con las siguientes labores: rotación de cultivos y secuencia de cultivos, fertilización de suelos usando fuentes orgánicas, cultivos de cobertura, uso de abonos verdes, preparación adecuada de suelos, policultivo, asociación de cultivos, manejo de cosecha y post-cosecha, controladores biológicos de insectos, manejo de enfermedades y malezas, riego por goteo, aspersión y sifones, entre los más importantes.
Ante los problemas anteriormente mencionados, las industrias agroquímicas vienen desarrollando nuevas tecnologías para producir productos que protejan a los cultivos ante plagas, enfermedades y malezas, que reducen los rendimientos hasta un 40%, pero a diferencia del pasado estos productos son efectivos en gramos por hectárea, en vez de kilogramos por hectárea y además son sometidos a más de 120 estudios toxicológicos y ecotoxicológicos antes de ponerlos al mercado, con estas pruebas se determina el daño que causan en la salud del aplicador y el consumidor a corto, mediano y largo plazo. Los agricultores estarán capacitados en el manejo, la utilización, el uso racional (dosis correcta) y el proceso que se debe seguir con los envases de los productos para no perjudicar el medio. Las industrias agroquímicas manifiestan que los agricultores y consumidores pueden confiar en los productos que ellos suministran, porque argumentan que son producidos con sentido sostenible y que éstos les permitirán producir alimentos variados de buena calidad, sin riesgos para su salud y a precios accesibles.
La mayoría de los agricultores no dejarán de trabajar con los sistemas convencionales a menos de que los sistemas alternativos como la agricultura ecológica les ofrezcan la perspectiva de poder obtener ganancias ya sea por el bajo costo de producción o por la mayor producción y rendimiento del cultivo. Los cambios se darán cuando el agricultor esté convencido de los beneficios económicos que traerá consigo el poner en práctica los sistemas alternativos, los cuáles de manera directa contribuirán en la salud de su familia y la de sus futuras generaciones.
La agricultura en el mundo fue y sigue siendo uno de los agentes contaminantes del agua, suelo y en menor proporción del aire. El mal uso de los recursos y la falta de sensibilidad en la población han afectado al planeta y a los seres que habitamos en él. Los problemas mayores surgieron con la “Revolución Verde” en la cual se empezó a utilizar fertilizantes químicos como el NPK, pesticidas, herbicidas, su paquete tecnológico incluía también prácticas de mecanización y el monocultivo, que consiste en sembrar la variedad de alto rendimiento utilizando implementos que dañaban la microfauna del suelo y el aire. Todo ello en su momento trajo beneficios económicos y sociales tanto a los agricultores, las empresas agroindustriales y agroquímicas, así como también a la población. Estos beneficios se lograban por la mayor producción, y menores pérdidas por infestas de plagas y enfermedades.
Con la revolución verde se podía abastecer a toda la población con mayor cantidad de alimento pero sin calidad (menor valor nutritivo) y a las agroindustrias con grandes cantidades de materia prima. Esta forma de producir artificializando a la naturaleza no tuvo éxito a futuras, las consecuencias negativas de poner en práctica su paquete tecnológico fueron perjudiciales para el medio ambiente, ocasionándole así pérdida en la biodiversidad, degradación de las tierras de cultivo (erosión, salinización, compactación, reducción de la fertilidad), sobre explotación y contaminación del agua. Los daños ocasionados a la salud se debían ha que los alimentos contenían residuos de pesticidas y antibióticos siendo muchos de éstos residuos: cancerígenos, causantes de daños hepáticos, trastornos nerviosos y en el peor de los casos mutagénicos.
Ahora se debe encarar a la crisis ecológica y el problema ambiental y social que se ocasionó, la solución tendría lugar en los estudios e investigaciones para subsanar los impactos negativos al medio teniendo en cuenta que con estás investigaciones se tendrá que asegurar el suministro eficiente de alimentos para la población mundial.
La agricultura sustentable tiene como prioridades: la eficiencia de la producción de alimentos, contribuyendo a la seguridad alimenticia; la conservación de los recursos naturales manteniendo la calidad del ambiente, logrando con ello un sistema ecológicamente sano; también busca ser viable económicamente, socialmente aceptable, es decir, una agricultura auto-suficiente cumpliendo así con los cuatro aspectos de sostenibilidad. Es un sistema que interacciona las prácticas de producción animal y vegetal, favoreciendo el proceso expansivo de la capacidad productiva de los ecosistemas, respetando sus mecanismos de producción. Como su nombre lo indica tendrá que mantenerse en existencia, la mayor parte de las actividades giran en torno a ella, por tal razón sus bases están regidas por decisiones económicas, políticas, sociales y ecológicas para asegurar un desarrollo sustentable.
La viabilidad de la agricultura sustentable dependerá de la obtención de elevados niveles de producción para satisfacer las necesidades actuales y futuras de la población, la implementación y el uso adecuado de tecnologías que se adecuen a las condiciones ambientales que deben proteger y mejorar la calidad del suelo, el aire y el agua, también será necesario considerar los conocimientos y tradiciones de campesinos como un importante recurso natural. Para lograr una productividad agrícola sustentable, tendrán que modificarse las técnicas tradicionales y diseñar agroecosistemas en donde la utilización de los recursos se dé en óptimas condiciones ambientales y socioeconómicas.
La agricultura sustentable restablecerá la diversidad agrícola regulando la abundancia de organismos indeseables e incorporando microorganismos que debido a las malas labores agrícolas fueron desalojados de su hábitat. Los agroecosistemas logran la estabilidad del ambiente restituyendo la biodiversidad, la cual se perjudicó por malas prácticas de la agricultura convencional. Los agroecosistemas benefician a los agricultores en general, aun a los agricultores de suelos marginales, laderas y zonas de secano quienes gracias a la biodiversidad podrán diseñar sistemas de usos múltiples, como silvicultura, sistemas agropecuarios y agro-silvopastorales, integrando sistemas de cultivos, animales y árboles. Los desechos provenientes de estos sistemas pueden ser utilizados como fuentes orgánicas para beneficio de la fertilidad del suelo.
Los agroecosistemas cuentan con las siguientes labores: rotación de cultivos y secuencia de cultivos, fertilización de suelos usando fuentes orgánicas, cultivos de cobertura, uso de abonos verdes, preparación adecuada de suelos, policultivo, asociación de cultivos, manejo de cosecha y post-cosecha, controladores biológicos de insectos, manejo de enfermedades y malezas, riego por goteo, aspersión y sifones, entre los más importantes.
Ante los problemas anteriormente mencionados, las industrias agroquímicas vienen desarrollando nuevas tecnologías para producir productos que protejan a los cultivos ante plagas, enfermedades y malezas, que reducen los rendimientos hasta un 40%, pero a diferencia del pasado estos productos son efectivos en gramos por hectárea, en vez de kilogramos por hectárea y además son sometidos a más de 120 estudios toxicológicos y ecotoxicológicos antes de ponerlos al mercado, con estas pruebas se determina el daño que causan en la salud del aplicador y el consumidor a corto, mediano y largo plazo. Los agricultores estarán capacitados en el manejo, la utilización, el uso racional (dosis correcta) y el proceso que se debe seguir con los envases de los productos para no perjudicar el medio. Las industrias agroquímicas manifiestan que los agricultores y consumidores pueden confiar en los productos que ellos suministran, porque argumentan que son producidos con sentido sostenible y que éstos les permitirán producir alimentos variados de buena calidad, sin riesgos para su salud y a precios accesibles.
La mayoría de los agricultores no dejarán de trabajar con los sistemas convencionales a menos de que los sistemas alternativos como la agricultura ecológica les ofrezcan la perspectiva de poder obtener ganancias ya sea por el bajo costo de producción o por la mayor producción y rendimiento del cultivo. Los cambios se darán cuando el agricultor esté convencido de los beneficios económicos que traerá consigo el poner en práctica los sistemas alternativos, los cuáles de manera directa contribuirán en la salud de su familia y la de sus futuras generaciones.
Las universidades, escuelas técnicas y entidades públicas relacionados al “Agro”, deberán priorizar en sus investigaciones cuestiones ambientales, para poder salir con éxito del problema en el cual nos encontramos. Los agricultores de igual forma deberán enfocar sus labores en agroecosistemas los cuales cuentan con tecnología de bajos insumos y son la mejor forma de lograr la sostener la agricultura y la vida en el planeta.
“Que las palabras pasen como aeroplanos, por encima de las fronteras y las aduanas y aterricen en los campos”
Vicente Huidobro.
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